¿Un observatorio
de movilidad?
Desde el momento en el que comenzamos el día, necesitamos desplazarnos de un lugar a otro para realizar nuestras actividades cotidianas. Vamos al trabajo, a la escuela, al supermercado, a practicar deporte o simplemente a encontrarnos con la gente que cuidamos o queremos. Contrariamente a lo que mucha gente opina en un primer momento, cómo nos desplazamos a esos lugares es también una cuestión cultural, que determina nuestras posibilidades y preferencias.
Tener accesos a opciones de transporte adecuadas, seguras y sanas, es fundamental para proporcionarnos una vida digna. Ello implica contar con unas infraestructuras y unos sistemas que nos permitan desplazarnos sin que importe nuestra condición social, física, edad o nivel socioeconómico. Todo el mundo merece tener la libertad de moverse y disfrutar de las oportunidades que nos brinda nuestra comunidad.
Sin embargo, es importante reconocer que los sistemas y las infraestructuras disponibles no siempre son equitativas. En muchas ocasiones, ciertos grupos de personas se enfrentan a barreras y dificultades para moverse según sus posibilidades o preferencias. Personas con discapacidades, mayores, niños/as, familias, residentes de zonas rurales o simplemente personas de toda condición que prefieran desplazarse a pie o en un sistema sostenible y no contaminante, se ven siempre discriminadas por las opciones hegemónicas y mayoritarias como el coche, que no resultan ser siempre beneficiosas para el conjunto de la sociedad y su propia cohesión.
Y se trata precisamente de esto: Cuando hablamos de movilidad, no solo hablamos de la movilidad veloz, basada únicamente en el uso de combustibles fósiles, hablamos de la movilidad de todas las personas que componen nuestra sociedad en nuestras ciudades o pueblos, tanto si se mueven en coche, en transporte público, en bici o a pie e incluso de manera lenta y con dificultades.
Por todo esto, entendemos que un observatorio de la movilidad, libre y ciudadano de nuestra ciudad Gijón / Xixón, puede ser una vía interesante para concentrar y facilitar el conocimiento necesario que nos permita comprender las necesidades y las problemáticas urbanas y que nos conduzcan a establecer métodos, medidas y pedagogías que difundan el mensaje necesario y positivo de que otra ciudad es posible y necesaria.
Para lograr una movilidad inclusiva y sostenible, es necesario trabajar hacía políticas y medidas que promuevan una movilidad que priorice el bien común sobre el privado, basadas en la igualdad de oportunidades, respetuosa con todas las formas de vida en una ciudad, que promuevan hábitos saludables y activos y que incluyan la perspectiva de género y condición y sobre todo…que no nos cueste la propia vida. Necesitamos imperiosamente reducir la contaminación ambiental y mejorar la calidad del aire de nuestras ciudades y para ello esta transición, también cultural, es fundamental.
Imágen: Juan Carlos Tuero / Gsv
Porque como nos movemos es cultural 😉
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