Aparcar en superficie: Ocupar mucho y aportar poco.

Aparcar en superficie: Ocupar mucho y aportar poco.

Las plazas de aparcamiento en superficie ocupan gran parte del suelo público urbano, pero aportan una oferta relativamente baja de aparcamiento.

Generalmente se asimila que los coches aparcan en la calle. En base a esta idea se considera que reducir este espacio de aparcamiento en pro de una mayor pacificación o humanización del espacio urbano es siempre devastador para el aparcamiento. Sin embargo, un detallado análisis del espacio para aparcar recogido en el Diagnóstico del Plan de Movilidad Sostenible de Gijón/Xixón (2021) ofrece una nueva e interesante visión de dicho uso del suelo público.

¿Donde se aparca en Xixón?

En Gijón había en 2020 271.717 habitantes. De manera paralela, había ese mismo año 158.601 vehículos motorizados, de los cuales 120.808 (76,2%) eran turismos o furgonetas. Comparando este dato con la población, en Gijón existen 445 turismos o furgonetas por cada 1.000 habitantes de entre 18 y 65 años.

Por otro lado, en Gijón existían en 2020 142.000 plazas de aparcamiento, una oferta suficiente para cubrir la demanda de 120.000 turismos o furgonetas. En Gijón por cada coche existen 1,17 plazas de aparcamiento.

Veamos cómo se distribuyen estas 142.000 plazas:

infografía sobre radiografía del park indicando:
121.000 turismos matriculados
1 coche por cada 2 habitantes
1,17 plazas por turismo
y gráfico radial mostrando que el 69,4% de aparcamiento es bajo superficie, el 25,8% en calzada y el 4,8% en solares en superficie
Radiografía del aparcamiento en Gijón / Xixón.

El impacto del aparcamiento en superficie a la ciudad.

Las plazas de aparcamiento que se sitúan en la calzada suponen el 25,8% de la oferta total de aparcamiento de la ciudad. Es un número notable, pero que esconde detrás una realidad urbanísticamente desagradable: el empleo de las calles de la ciudad como almacenes de coches. En unas calles estrechas la gran parte del espacio está dedicado a aparcar coches, impidiendo emplear su suelo también para otros usos más amables con el humano, como vegetación arbórea (inexistente en la gran mayoría de calles gijonesas) o mayor espacio peatonal (la mayoría de aceras gijonesas no llegan a los 1,8 metros de anchura mínima recomendada).

infografía sobre radiografía del park indicando:
Aparcar en superficie 30,6%
En la calle 25,8% gráfico de barras:
En calzada ≈4000
Gratuitas ≈30000
Ora ≈5000
otro gráfico titulado En solares 4,8%
Reservadas ≈500
Sin regular ≈3750
pago tarifa ≈800
Comercial ≈1100
privado ≈1000
Aparcamiento en superficie.

El contraste con el aparcamiento bajo superficie es escabroso. Un vado de garaje mide lo mismo que una plaza de aparcamiento en la calzada, pero mientras la plaza solo se oferta a sí misma, un garaje puede ofertar varias decenas de plazas. Todo ello ocupando el mismo espacio en la superficie en ambos casos. El elefante en la habitación al tratar este tema es el desperdicio de suelo público que supone el coche en comparación a medios de transporte especialmente óptimos como la bicicleta o el autobús.

La ciudadanía, forzada a vivir rodeada de coches aparcados en superficie, considera que esta es la forma que tiene el aparcamiento. Recordemos que hay un coche por cada 2 habitantes, y ese coche quiere ser aparcado por su dueño, por lo que asimilará siempre al aparcamiento como algo positivo. Se olvida así, que esas 30 o 60 plazas que se van a eliminar en una determinada obra pública (construcción de un carril bici, ampliación de aceras, etc.), son un número irrisorio comparado con la inmensa oferta real que ofrecen los garajes.

El Plan de Movilidad Sostenible 2022-2032, vigente, recogía ambiciosas actuaciones para el espacio urbano, muchas que eliminaban plazas de aparcamiento en superficie. En general se preveían suprimir unas 1.463 plazas de aparcamiento (el 4% del total en superficie, el 1% del total general). A cambio la ciudad conseguía un espacio peatonal ampliado, mayores zonas verdes y varios kilómetros de nuevos carriles bici. Cabe recordar que el Plan recogía la creación de miles de plazas en aparcamientos disuasorios y subterráneos.

La búsqueda de un urbanismo más verde y humano pasa obligatoriamente por la eliminación de una pequeña parte del aparcamiento en superficie. Para mitigar los efectos negativos de esta medida, Gijón debe apostar por una movilidad sin coche, que racionalice el aparcamiento y lo regule de cara a los vecinos, que sea versátil para la proliferación de medios de transporte sostenibles y que ocupe mucho menos espacio público que el coche.


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